lunes, 16 de abril de 2012

El mismo hecho,tres narradores I


              Ulrico Schmidl, Derrotero y viaje a España y las Indias


Capítulo IX

“Después de que volvimos nuevamente a nuestro campamento, se repartió toda la gente: la que era para la guerra se empleó en la guerra y la que era para el trabajo se empleó en el trabajo.
Allí se levantó una ciudad con una casa fuerte para nuestro capitán don Pedro Mendoza, y un muro de tierra en tomo a la ciudad, de una altura como la que puedealcanzar un hombre con una espada en la mano. Este muro era de tres pies de ancho y lo que hoy se levantaba, mañana se venía de nuevo al suelo; además la gente no tenía qué comer y se moría de hambre y padecía gran escasez, al extremo que los caballos no podían utilizarse.
Fue tal la pena y el desastre del hambre que no bastaron ni ratas ni ratones, víboras ni otras sabandijas; hasta los zapatos y cueros, todo tuvo que ser comido. Sucedió que tres españoles robaron un caballo y se lo comieron a escondidas; y así que esto se supo se les prendió y se les dio tormento para que confesaran. Entonces se pronunció la sentencia de que se ajusticiara a los tres españoles y se los colgara de una horca. Así se cumplió y se les ahorcó. Ni bien se los había ajusticiado, y se hizo la noche y cada uno se fue a su casa. Algunos otros españoles cortaron los muslos y otros pedazos del cuerpo de los ahorcados, se los llevaron a sus casas y allí los comieron. También ocurrió entonces que un español se comió a su propio hermano
que había muerto.
Esto sucedió en el año 1535, en el día de Corpus Christi, en la referida ciudad de
Buenos Aires”.

1 comentario:

  1. Ahh...no puedo evitar que se me venga a la cabeza la imagen de los humanos comiendose al caballo...Esto demuestra que tener mucho oro y plata no te sirve de nada a la hora de poder "Comer"...Muy buen relato de esta historia. Montiel Lautaro.

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